Tipos de Trading e Inversión: ¿Cuál se adapta mejor a ti?

Cuando decides entrar al mundo de los mercados financieros, una de las primeras decisiones que debes tomar es qué tipo de enfoque vas a seguir. No todos los inversores y traders actúan igual: algunos compran y venden en cuestión de horas, mientras que otros mantienen sus inversiones durante años. Elegir el estilo correcto dependerá de tu tiempo disponible, tu perfil de riesgo y tus objetivos financieros.

En este artículo exploramos los 3 enfoques más comunes: trading intradía, swing trading e inversión a largo plazo.

Trading Intradía

Es el estilo más activo: consiste en comprar y vender activos dentro del mismo día, sin dejar operaciones abiertas durante la noche. Son operaciones rapidas dentro del mismo dia, en los que los traders intradía buscan aprovechar movimientos pequeños pero frecuentes en los precios.

El intradía ofrece muchas oportunidades de entrada al mercado cada día, lo que permite mejorar y ajustar estrategias rápidamente. Al cerrar todas las operaciones antes del final de la sesión, se evitan riesgos nocturnos que pueden surgir con noticias inesperadas. Además, la retroalimentación inmediata de los resultados permite un aprendizaje acelerado.

Requiere mucha dedicación y concentración. Estar varias horas frente a la pantalla puede ser agotador, tanto física como mentalmente. Es un estilo con alto nivel de estrés y donde las emociones pueden jugar malas pasadas. Además, si se realizan muchas operaciones, las comisiones y los spreads pueden erosionar significativamente las ganancias.

Un ejemplo de trading intradia:

Imagina que un trader intradía detecta una noticia positiva sobre una empresa tecnológica a las 15:00 h de España (09:00 h EEUU), justo antes de la apertura del mercado. Con herramientas de análisis técnico, entra en una operación al alza a la apertura de la bolsa de Nueva York (15:30 hora española), cuando rompe una resistencia en gráfico de 1 minuto. A las 16:08 h, tras una subida rápida del casi 6%, cierra la posición con beneficio de casi 17$ por acción. Al terminar el día, no mantiene ninguna operación abierta. Es un trabajo casi quirúrgico: rápido, calculado, y con resultados inmediatos.

Swing Trading

Este estilo consiste en mantener una posición durante varios días o semanas, buscando capturar movimientos intermedios del mercado, aprovechando movimientos las subidas o bajadas de varios dias.

El swing trading es más flexible con tu tiempo, ya que no necesitas estar pegado a la pantalla todo el día. Te permite analizar con más calma y tomar decisiones estratégicas. Además, el menor número de operaciones implica menos costes por comisiones, y suele ser un buen equilibrio entre riesgo y rentabilidad.

Al dejar posiciones abiertas durante varios días, estás expuesto a riesgos nocturnos y de fin de semana, como gaps de apertura o noticias inesperadas. También requiere gestión emocional, ya que ver subir y bajar tu posición puede hacerte dudar y cerrar antes de tiempo. No es tan intensivo como el intradía, pero sigue siendo una actividad que requiere seguimiento.

Un ejemplo de swing trading:

Un swing trader detecta una oportunidad de compra tras una caída abrupta en el precio de las acciones de Nvidia. Al revisar el gráfico diario, observa señales de sobreventa y, al mismo tiempo, encuentra una noticia destacada que se repite en varios medios: Deepseek ha desarrollado un modelo de IA de razonamiento que consume menos potencia para generar texto. Esta innovación genera incertidumbre en el sector y provoca una reacción emocional en el mercado, con ventas masivas que parecen exageradas. Anticipando una corrección al alza, el trader entra en posición el lunes. Tras 22 dias, y una recuperación del 22%, alcanza su objetivo técnico y cierra la operación. Durante esos días, solo revisó el mercado una vez al día, sin necesidad de un seguimiento constante. Este estilo de trading es perfecto para quienes desean operar con criterio, pero sin estar pegados a la pantalla todo el tiempo.

Inversión a Largo Plazo

El enfoque más pasivo. Se basa en comprar activos de calidad (acciones, fondos indexados, ETFs…) y mantenerlos durante años, confiando en su crecimiento a largo plazo. Es la base de estrategias como el «buy & hold», manteniendo una vision de futuro.

Es ideal para quienes tienen poco tiempo o prefieren minimizar la intervención diaria. Gracias al interés compuesto, es posible acumular riqueza sostenida con el tiempo. Además, la fiscalidad es más favorable, ya que al vender menos, pagas menos impuestos. También es un estilo que reduce el impacto de la volatilidad diaria, evitando decisiones impulsivas.

Este enfoque requiere paciencia y una mentalidad de largo plazo. Puede ser frustrante ver cómo tu inversión baja durante una crisis sin poder hacer mucho. También implica el riesgo de mantener activos que pueden no recuperarse, si no se hace una buena selección. Y aunque el riesgo es menor que en otros estilos, la rentabilidad puede ser más lenta.

Un ejemplo de inversión a largo plazo

Un inversor de largo plazo toma posición en 2020, en pleno estallido de la pandemia de la COVID-19, apostando por una empresa del sector de las energías fósiles en medio del caos global. Con el mundo paralizado y los viajes suspendidos, el precio de las acciones de Repsol se desploma hasta los 5 € en marzo de 2020. A pesar de las posteriores caídas del mercado a finales de ese mismo año, el inversor mantiene la calma, respaldado por el análisis de los fundamentales de la empresa (tema que abordaremos en otro post). En junio de 2022, aproximadamente 810 días después, las acciones se han revalorizado un 190 %. Además, gracias a la reinvención de dividendos, la rentabilidad compuesta obtenida es aún mayor. Este tipo de inversión exige paciencia, convicción en la tesis y una visión de largo plazo, ideal para quienes prefieren construir valor con el tiempo sin dejarse llevar por la volatilidad diaria del mercado.

Conclusiones

No existe una única respuesta correcta. Cada estilo tiene sus propias ventajas e inconvenientes. Lo más recomendable es que elijas en función de tu tiempo disponible, tolerancia al riesgo y objetivos personales. Muchos inversores, de hecho, combinan estilos: una cartera de largo plazo con operaciones swing para aprovechar oportunidades puntuales.

«Conócete a ti mismo como inversor antes de intentar entender el mercado.»


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