La estrategia de “ir en corto” o venta en corto en acciones es uno de los métodos más sofisticados —y arriesgados— en el arsenal de los inversores. A través de esta técnica, los participantes del mercado pueden obtener beneficios en escenarios de caídas bursátiles aprovechando momentos en los que las acciones e incluso otros activos pierden valor. En este artículo exploraremos con detalle cómo funciona la venta en corto, sus principales ventajas, inconvenientes y algunos ejemplos célebres, así como consideraciones técnicas esenciales antes de utilizarla.

¿En qué consiste ir en corto en acciones?
Ir en corto, o “short selling”, es una estrategia de inversión que permite obtener rentabilidad cuando el precio de una acción disminuye. Para llevarla a cabo, el inversor pide prestadas acciones —usualmente a través de su bróker—, las vende en el mercado al precio actual, y más adelante las recompra para devolverlas al prestamista. Si el precio realmente cae durante ese período, la recompra se efectúa a menor valor y la diferencia es la ganancia. Por el contrario, si el precio sube, el inversor asume la pérdida.
Existen tres variantes principales:
Venta en corto cubierta: El activo vendido está efectivamente prestado y será devuelto tras recomprarlo.
Venta en corto descubierta: Vender sin haber pedido el activo prestado, lo cual suele estar prohibido por regulación.
Venta en corto sintética: Se recrea una posición corta usando derivados.
Mientras que la venta en corto es una actividad regulada y habitual en el trading profesional, la venta “en descubierto” suele estar prohibida o suspendida temporalmente en momentos de alta volatilidad para evitar la manipulación del mercado.
Principales beneficios de la venta en corto
La operativa corta se caracteriza por varias ventajas clave:
- Rentabilidad potencial en mercados bajistas: Es una de las pocas estrategias que permiten ganar dinero cuando la bolsa cae. Un claro ejemplo fue la actuación de George Soros en el “Miércoles Negro” de 1992 o Michael Burry durante la crisis Subprime de 2008.
- Instrumento de cobertura: Permite a los inversores proteger el valor de sus carteras frente a caídas puntuales o tendencias bajistas (hedging).
- Transparencia y eficiencia de precios: Expone empresas o activos sobrevalorados, contribuyendo a la formación eficiente de precios en los mercados.
- Diversificación estratégica: Amplía las posibilidades tácticas del inversor ante escenarios de alta volatilidad.
Adicionalmente, esta estrategia puede acompañarse de análisis técnico y fundamental, usando indicadores como el interés corto, el ratio días para cubrir o el ratio put/call, para detectar oportunidades.
Riesgos e inconvenientes de ir en corto
Pese a sus atractivos, la venta en corto conlleva riesgos y desventajas significativas que requieren atención técnica:
- Pérdidas ilimitadas: A diferencia de una compra tradicional, donde la pérdida máxima es el 100% de lo invertido, una posición corta puede generar pérdidas teóricas ilimitadas si el precio sube sin control. De allí la importancia de establecer órdenes de stop-loss.
- Llamadas de margen (margin call): Si la operación evoluciona en contra, el inversor deberá aportar fondos adicionales para mantener la posición, o bien será liquidado de forma forzosa.
- Short squeeze: Un aumento rápido en el precio puede forzar la recompra masiva de acciones por parte de los vendedores en corto, amplificando las pérdidas.
- Costes asociados y comisiones: Incluir comisiones de préstamo, intereses y posibles costes por pagar dividendos si la acción los reparte mientras se mantiene la posición corta.
- Riesgo regulatorio y de manipulación: Las ventas cortas están bajo supervisión regulatoria y pueden prohibirse temporalmente en momentos de crisis.
El éxito en este tipo de estrategia exige gestión disciplinada del riesgo y control emocional. Se recomienda practicar en simuladores antes de operar en real.
Ejemplos históricos y utilidad de la venta en corto
La historia de las finanzas modernas ofrece varios ejemplos de éxito en la venta en corto, entre los más famosos se encuentran:
- George Soros impulsó un ataque especulativo contra la libra esterlina en 1992 (“Miércoles Negro”), generando miles de millones en beneficios.
- Michael Burry y David Einhorn, quienes anticiparon el colapso del mercado de hipotecas Subprime en 2008 e incrementaron considerablemente su capital mediante posiciones cortas en instrumentos vinculados al sector inmobiliario y financiero
- Jim Chanos es otro inversor conocido por sus posiciones cortas en empresas con fraudes contables o sobrevaloraciones, como Enron.
En los mercados actuales, la venta en corto sigue siendo clave tanto para inversores institucionales como minoristas que buscan estrategias descorrelacionadas o de cobertura.
Resumen
La venta en corto es una herramienta avanzada que permite obtener beneficios ante caídas de mercado y proteger carteras durante periodos bajistas. No obstante, los riesgos de pérdidas ilimitadas, margin calls, volatilidad y costes hacen imprescindible una gestión rigurosa del riesgo y una comprensión total de la operativa. Es recomendable emplear esta técnica sólo cuando se tengan conocimientos sólidos del mercado y se pueda asumir el potencial riesgo asociado. Si bien la venta en corto puede resultar muy lucrativa, exige preparación, disciplina y un enfoque eminentemente técnico.